La Coordinadora Ecologista Almeriense se suma a las manifestaciones convocadas en todo el Estado para exigir el fin del genocidio contra el pueblo palestino y el fin de la complicidad con Israel al cumplirse un año del inicio de esta masacre humana.
Bajo el siguiente manifiesto:
«Demasiados días de horror televisado, de crímenes inimaginables, de una dimensión indescriptible. Demasiados días desde que comenzó el genocidio transmitido en vivo de Israel contra 2.3 millones de personas palestinas en la sitiada Franja de Gaza, la cárcel a cielo abierto más grande del mundo, y los ataques cada vez más brutales en Cisjordania. Israel lleva 76 años intentando eliminar a la población indígena de Palestina. Israel sigue robando tierras, encarcelando y masacrando a todo un pueblo mientras el mundo observa. Casas, escuelas, hospitales, mezquitas, iglesias, universidades, y un larguísimo etc. son las infraestructuras civiles que ataca Israel, ahora también en el Líbano. Pero aunque el colonialismo israelí intenta fragmentar al pueblo palestino, y atemorizar al pueblo libanés, ambos permanecen unidos resistiendo ante el horror y enseñándole y recordándole al resto del mundo que «existir es resistir».
Salimos a la calle como respuesta a la llamada urgente de nuestras compañeras palestinas, para detener esta atrocidad y con toda la misma energía condenamos la terrible agresión de Israel en el Líbano. No es suficiente condenar desde la distancia. Es hora de actuar, de cortar la complicidad internacional con un régimen de apartheid y colonialismo. Los gobiernos y empresas que financian y apoyan a Israel deben rendir cuentas por tomar parte en este genocidio. No es un simple deber moral, es una obligación legal y humana.
A pesar de la opresión, hemos construido un poder popular sin precedentes. Israel está más aislado que nunca; a nivel diplomático, económico y cultural. Cada vez son más las instituciones, empresas, artistas y universidades que, empujados por la movilización, deciden no ser cómplices de la vulneración de derechos humanos del pueblo palestino. Cada día más voces se levantan, más corazones se solidarizan. Cada vez más ciudades, sindicatos y movimientos de base están exigiendo justicia. Este poder, esta solidaridad, está marcando la diferencia.
No podemos parar, porque las palestinas no pueden vivir en paz mientras el asedio continúa. La desesperación no es una opción cuando aún queda tanto por hacer y lo que hacemos, funciona.
La frase «nunca más», convertida en lema tras las atrocidades de la II Guerra Mundial, y que conformó un sistema jurídico que ahora lo están destruyendo aquellos que lo conformaron, debe aplicarse inmediatamente, debe aplicarse ahora. Gaza es solo el primer experimento de una era de brutalidad sin límites si no la detenemos. La lucha por la justicia palestina está vinculada a las luchas globales por la justicia racial, de género, climática, económica y social. Si no conseguimos detener la barbarie, no solo acabará con Palestina, en su forma más violenta, sino que nos arrastrará a todas. Estos últimos meses se están escribiendo unas de las páginas más tristes de la historia de la humanidad.
Cada acto de solidaridad cuenta. Debemos seguir interrumpiendo la complicidad, presionando a las empresas, a los gobiernos y a todas las instituciones que apoyan y sustentan este genocidio. Debemos canalizar nuestro dolor y nuestra rabia para construir más poder popular en todo el mundo para poner fin a la complicidad de estados, corporaciones e instituciones con el régimen de opresión de Israel, acelerando la llegada del día en que todas las personas palestinas puedan vivir en libertad y dignidad en sus tierras, ejerciendo su derecho fundamental al retorno.
Las organizaciones firmantes (integradas en la Red Solidaria en contra de la Ocupación de Palestina) reclamamos un alto al fuego inmediato y permanente para detener el genocidio, y para lograrlo exigimos al gobierno español que:
1. Ponga fin al comercio de armas y de tecnología militar y de seguridad (compra, venta y tránsito) con Israel.
2. Exija responsabilidades a Israel por sus crímenes de lesa humanidad y apoye, al mismo nivel que Sudáfrica, la demanda presentada en la Corte Internacional de Justicia contra Israel por genocidio, sumándose así, a los esfuerzos que se están realizando desde el Tribunal Penal Internacional para juzgar a líderes israelíes por crímenes de guerra y de lesa humanidad.
3. Rompa relaciones diplomáticas, institucionales, económicas, deportivas y culturales con Israel.
4. Ponga fin a la persecución y criminalización de la solidaridad con Palestina y derogue la Ley mordaza.»