La Coordinadora Ecologista Almeriense se ha sumado a la campaña, que con motivo de la celebración de la COP26 en Glasgow, pretende llamar la atención sobre las empresas y proyectos de combustibles fósiles en los que invierte el español Banco Santander.
En los cajeros y sucursales de Banco Santander se han colocado carteles para denunciar algunas de las inversiones más destructivas para el medio ambiente que realiza el banco. La acción de protesta coincide con una iniciativa similar realizada en la ciudad de Glasgow y con celebración de la huelga global por la justicia climática.
Se cumplen 6 años del Acuerdo de París y Banco Santander, a pesar de los compromisos adquiridos, sigue invirtiendo en la industria de los combustibles fósiles. Esto es lo que concluye el informe Banking on Climate Change Fossil Fuel Finance Report 2021, elaborado por Rainforest Action Network, BankTrack, Oil Change International, Reclaim Finance y Sierra Club y que cuenta con el respaldo de más de 240 organizaciones en todo el mundo, a las que se ha sumado la Coordinadora Ecologista Almeriense.
Entre los años 2016 y 2020 Banco Santander ha invertido 34.000 millones de dólares a compañías como TotalEnergies, JBS o PGE causando, entre otros, contaminación del aire, deforestación, violaciones de derechos humanos, migraciones forzadas e impactos en la salud.
En el caso de JBS se le ha relacionado con granjas que utilizan mano de obra esclavizada y ha sido denunciada por participar masivamente en una industria que es la responsable del 60 % de las emisiones de carbono del mundo. Tal y como señala la campaña “Salir de JSB” son numerosos los costes que implica para el planeta, como la pérdida de biodiversidad, como consecuencia de la tala de bosques para el ganado, los pastos o los cultivos comerciales. Entre los años 2013 y 2018 Banco Santander suscribió la compra de bonos de esta compañía por valor de 589 millones de dólares, según un estudio de Amazon Watch, permitiendo así seguir financiando activamente la deforestación y la crisis climática.
El banco ha estado también involucrado en operaciones financieras relacionadas con los combustibles fósiles como la petrolera TotalEnergies que, con unas emisiones de CO2 de 12.350 millones de toneladas entre 1965 y 2017, es uno de los mayores contribuyentes a los impactos adversos del cambio climático en todo el mundo. TotalEnergies financia, entre otros, el proyecto de gas natural licuado en Mozambique que ha provocado desplazamientos forzados e impactos en la salud.
No solo esto, sino que la empresa también ha sido acusada de violar los derechos de poblaciones indígenas en Argentina y de poner en peligro los medios de vida de las comunidades locales en Uganda. A pesar de esto, entre los años 2016 y 2020 Banco Santander le proporcionó 591 millones de dólares.
El Santander ha concedido también préstamos corporativos a Polska Grupa Energetyczna (PGE), y recientemente financió un acuerdo de préstamo de 950 millones de euros con ellos. PGE es propietaria de Belchatow, una central de lignito que ostenta el título de ser la peor emisora de CO2 de la UE. Las centrales de carbón polacas, que junto con el lignito constituyen el 89 % de la generación total de PGE, son las que más daños causan a la salud en la UE, provocando 5.800 muertes prematuras en toda la región.
Banco Santander forma parte de numerosas alianzas como Equator Principles (con la que ha firmado un compromiso de «apoyar los objetivos del Acuerdo de París»), Collective Commitment to Climate Action (CCCA) y Net-zero Banking Alliance (alianza que redacta reglas propias establecidas por los bancos para la financiación de proyectos). En todas ellas se compromete a luchar contra el cambio climático y trabajar por la sostenibilidad. Sin embargo, un reciente informe elaborado por Banktrack ha descubierto cómo los bancos firmantes de este acuerdo que, desde que se firmó el Acuerdo de París sobre el Clima a finales de 2015, los bancos signatarios han participado en la financiación de al menos 200 proyectos de combustibles fósiles.
Este informe señala, además, cómo estos proyectos no solo suelen tener un gran impacto adverso en el clima mundial, sino también causan un daño sustancial a las comunidades y al medio ambiente.
Por todo ello, la Coordinadora Ecologista Almeriense insiste en que si Banco Santander quiere contribuir de verdad a la lucha contra el cambio climático, debe dejar inmediatamente de financiar proyectos de combustibles fósiles y de deforestación. Y hasta que no lo haga, debería ser excluido de cualquier cita climática, empezando por la COP26. ▄