Ante el actual desarrollo de parques fotovoltaicos en la provincia de Almería, la Coordinadora Ecologista Almeriense ha pedido a la Junta de Andalucía que regule y reglamente su crecimiento desmesurado que está ocupando terrenos agrícolas y destruyendo hábitats de gran valor medioambiental.
Desde la Coordinadora Ecologista Almeriense consideran que las plantas fotovoltaicas vienen muy bien como sustitutas de otras fuentes de generación de energía mucho más contaminantes (nuclear o térmicas), pero han de estar supeditadas al interés general y a la preservación de los recursos naturales, entre ellos los de fauna, flora y paisaje.
Los ecologistas critican que desde la Consejería de Desarrollo Sostenible dejan al mar-gen de toda consideración impactos de la fotovoltaica no desdeñables, como es el im-pacto paisajístico (el Convenio Europeo del Paisaje es ignorado), la preservación de agrosistemas extensivos o la protección edáfica.
Asimismo se está relegando la opción más sostenible social y ecológicamente: el auto-consumo fotovoltaico y los proyectos municipales y sociales de producción eléctrica.
Desde la Coordinadora Ecologista Almeriense señalan que deben excluirse del mapa de posibles parques fotovoltaicos los espacios naturales protegidos, la Red Natura 2000, y los espacios colindantes, los sistemas agrarios u otros de alto valor natural, paisajístico o cultural, los terrenos forestales con cubierta arbolada o de matorral.
Centrándose el desarrollo en fomentar su ubicación en suelos urbanos, urbanizables o industriales, incluidas las cubiertas de construcciones existentes aprovechando el potencial de edificios como las naves industriales, zonas de suelo rústico o no urbanizable afectadas por actividades mineras y extractivas, vertederos u otros usos intensivos del terreno o de los recursos naturales de naturaleza análoga a los anteriores. Zonas de suelo rústico o no urbanizable ocupadas por infraestructuras o complejos de ocio o turismo (de transporte, grandes aparcamientos, pistas de esquí, parques temáticos…). Y haciendo siempre las líneas de evacuación de la electricidad de forma subterránea y aprovechando los caminos agrícolas.